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Versículos de la Biblia

Salud para el alma

Versículos de la Biblia sobre Sanidad del Alma



Vale más tener el alma sana, que gozar de un cuerpo saludable, de nada sirve estar bien físicamente, si en tu interior, estás lleno de dolor, rencor, amargura y fuertes heridas del pasado, aunque parezca un poco complejo, lo que no sanas por dentro en cualquier momento se refleja por fuera causando grandes daños, tanto como en tu cuerpo, como con todas las personas que te rodean. Las heridas del alma pueden compararse con heridas físicas, si a una herida no se le da el tratamiento oportuno y adecuado, esta se puede abrir, lastimar, causar mucho dolor, además se puede infectar, contaminar y afectar la salud en todo el cuerpo, así mismo ocurre cuando no te pones en tratamiento con las heridas que tienes en tu alma, esto podría causarte enfermedades mentales, emocionales, y como antes lo mencione físicamente. Hoy tienes que saber que la única fuente que puede sanar tanto tu alma como tu cuerpo es Jesús de Nazaret, él es el mejor médico que pueda existir y conoce específicamente lo que tú necesitas y conforme a la necesidad que hay en ti él opera, permite entonces que su amor te abrace de tal modo que puedas ser libre, toma unos segundos mientras lees esta pequeña reflexión y empieza a pedirle a Jesús que te sane, si tienes que llorar hazlo, si sientes gritar hazlo, pero ya no sigas guardando cosas en tu corazón que te dañan y no te dejan avanzar, Jesús murió para que por medio de su sangre tú no sufrieras ningún tipo de dolor, toma en este instante los beneficios de ese sacrificio y determinante a caminar en sanidad, Jesús está dispuesto a sanarte, pero tú debes tomar la decisión de pedirle que lo haga y no seguir viviendo con eso que tanto te lastima, perdona, pide perdón y cree lo que el Padre dice de ti, mírate como él te ve, aprende a disfrutar el hecho de que estás con vida, levántate sigue adelante, porque Dios no ha terminado su obra contigo. Jesús te dice en esta hora: He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y verdad, Jeremías 33.6